No todos podemos ser expertos en sociología, pero podemos divertidos con la cantidad de información sobre nuestra sociedad que tenemos a nuestro alcance.
Todos nos “tragamos” una ingente cantidad de anuncios comerciales en las televisiones que nos puede decir mucho sobre como andan nuestros bolsillos o que es lo que nos interesa. Las empresas de publicidad viven de poder conectar con las querencias y necesidades de la población y “colocar” adecuadamente los productos de las empresas que las contratan.
Como somos pobres, no podemos acceder a esos estudios sesudos, hechos por doctos investigadores sociales, pero si que tenemos la televisión (en abierto, claro) para ilustrarnos.
Por un lado podemos fijarnos en los anuncios de vehículos. Estos son buenos indicadores de nuestra economía, ya que una información que nos muestran siempre es la de los mecanismos de financiación del “modelo barato”, a la vez que nos muestran el “modelo caro”.
Si nuestros políticos hubiesen visto más la tele, en vez de estar tantas horas sin salir del Congreso, hubiesen visto que hace años, se ofrecían financiaciones de 7 y 8 años para coches de menos de 10.000 €. Si no puedes pagar 100 € al mes de coche, cómo quieren que se compren pisos… y luego vino que la culpa era de la crisis.
Lo mismo pasa con los anuncios de móviles. Hace un par de años nos preocupaban los GPS, y la música, y los megapíxles de la cámara, y el tamaño de la pantalla. Hoy también, pero además nos hemos convertido en una sociedad en la que las redes sociales están cada vez más introducidas. No son sólo los teléfonos para los jóvenes (esos que no trabajan y por lo tanto buscan quienes les pague la factura), sino sus padres, que pertenecen a grupos profesionales, a redes familiares, y a otros muchos grupos de interes.
Tienen Internet en casa, y trasladan a su terminal lo que hacen en casa. El chat en las redes sociales es más divertido que los SMS, y más rápido.
La semana pasada se pudo ver, más de 150.000 ciudadanos, desde ordenadores, desde terminales móviles mostraros cómo esta compuesta nuestra sociedad. Nuestros políticos siguen preguntándose cómo es posible, y es que no ven la tele.
Es sociología para pobres.
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